La pingada del Mayo es una fiesta popular de tradición ancestral, simboliza la fertilidad de la tierra, y significa el final del frío y la recolección de los primeros frutos.
Autora: Mariola Francia |
Antiguamente, eran los mozos que en el año eran sorteados para hacer el servicio militar obligatorio, los que se encargaban de esta fiesta. Desde la década de los ochenta las mujeres participan activamente en esta celebración.
Unos días antes, la quinta del año elige y corta el chopo más alto que encuentran en los alrededores, luego lo pelan y, el 30 de abril por la mañana, lo recogen de la chopera y lo trasladan a la plaza del pueblo con la ayuda de un carro o tractor.
Mientras permanece tumbado en la plaza, escriben sobre él, palabras y frases que tienen significado para la pandilla de jóvenes que lo pingaran por la noche, normalmente se apunta el año de nacimiento de la quinta en cuestión.
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A las 24h del día 30 de abril, llegan cantando y bailando a la plaza los quintos acompañados por la charanga, (este año la quinta de 2005). Seguidamente se disponen a añadir una rama más delgada y con hojas en la punta del chopo, la copa se adorna con algunos motivos y con la bandera de Aragón y ya está preparado para ser pingado.
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La pandilla del 05, ayudados por algunas personas expertas en este cometido y por los padres de los quintos se disponen a pingarlo. Antiguamente se alzaba con horquillas de madera, luego con escaleras de madera o de metal y en la actualidad con cuerpos de andamios y sogas. Una vez conseguido el levantamiento o Pingada del Mayo, este se fija con cuñas de madera para que quede bien sujeto en el agujero.
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En esta fiesta no faltan anécdotas curiosas que han sucedido a lo largo de los años, como cuando se cayó sobre el tejado del ayuntamiento o cuando se partió y fue el Mayo más pequeño de la historia, aunque no por eso menos querido.
El Mayo permanece en la Plaza de España durante todo el mes de mayo.
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