Este jueves y viernes participé en las XII Jornadas de la Asociación de Intérpretes del Patrimonio, que se celebraron en Calatayud bajo el título: Interpretación en el medio rural, innovación asequible.
La figura del
intérprete del patrimonio es básicamente toda aquella persona que se dedica profesionalmente a comunicar al público a través del patrimonio, labor que compete a guías turísticos, educadores medioambientales, informadores, gestores culturales, etc.
En estas jornadas se informó y se debatió en qué momento se encuentra el patrimonio rural (cultural, natural, etnográfico), incidiendo especialmente en la Comarca de Calatayud. Decenas de intérpretes del patrimonio, llegados de toda España, dieron a conocer las experiencias e iniciativas que se están llevando a cabo en diferentes lugares con éxito y que a mí me demostraron el impacto positivo de las ideas, cuando son buenas y originales.
Invito al debate en este blog sobre algunos puntos de reflexión:
Los centros de interpretación en la Comarca de Calatayud. Como se comentó en las jornadas, en Aragón han proliferado este tipo de centros, cuya única bondad ha sido la recuperación de edificios gracias a los fondos que para ello se dotaron. Por lo demás, se trata de espacios sin sustancia, en los que más allá de una colección de paneles, no se hace una auténtica labor interpretativa. No son sostenibles. No son atractivos. Y eso creo que sucede con el Centro de Interpretación Puerta del Manubles.
El visitante actual busca experiencias únicas, rechazando los medios convencionales de comunicación del patrimonio. No funcionan los paneles informativos "con demasiada información", ni los guías turísticos en el modo papagayo. Sí funcionan las visitas teatralizadas o temáticas, los medios audiovisuales o la experiencias directas y cercanas con el patrimonio. Como ejemplo, se comentaron dos casos reales pilotados por intérpretes del patrimonio desde sus pequeñas empresas rurales: la puesta en valor como recurso patrimonial del "Zapatito de dama", una orquídea pirenaica en peligro de extinción; o la "Pastorada", un paseo ambiental para todos los públicos con un cabrero y su rebaño en el Pirineo catalán. Como bien saben los socios de Naturateca, en nuestra comarca y en nuestro término municipal tenemos recursos semejantes sobre los que armar iniciativas turísticas.
Por último, se presentó una iniciativa novedosa, una plataforma llamada "La Tahona Cultural" que se dedica al crowdfunding o microfinanciación de proyectos culturales, proporcionando a gente con ideas un lugar donde "vender" sus proyectos a partir de microaportaciones de particulares. Me sirvió para reflexionar sobre el potencial de las nuevas tecnologías en el sostenimiento de pequeños proyectos que también pueden ser de mucha utilidad en el medio rural, donde a veces sobran ideas y casi siempre falta capital para llevarlas a cabo.
El balance final de las jornadas fue muy ilusionante y positivo. Está claro que con buenas ideas, buena comunicación y entusiasmo se puede lograr que un recurso patrimonial (monumento, pájaro, dance, cueva, vino, museo, yacimiento...) se convierta en algo vivo, atractivo y enriquecedor.
Para terminar, contaré una experiencia personal sobre la interpretación del patrimonio. Hace unos años visité una cueva prehistórica en Cantabria. El guía era magnífico, un paisano que sabía contar y sabía guíar. Reptando por una cavidad muy estrecha, sin más luz que la linterna del guía, cuando lleguamos al espacio en el que estaban las pinturas prehistóricas, a treinta metros de la boca de la cueva, con las estupendas explicaciones de aquel guía, entendí de golpe muchas cosas sobre la vida de nuestros antepasados y su manera de entender el arte. Fue una de esas experiencias únicas e irrepetibles que hacen del disfrute del patrimonio algo maravilloso.
Ana Lacarta