sábado, 20 de agosto de 2011

Flora silvestre de Ateca.

NOMBRE CIENTÍFICO: Eryngium campestre  L.
NOMBRE COMÚN: CARDO CORREDOR. CARDO SETERO.

Cardo corredor en Sancharrena

Descripción: Planta perenne de la familia de las Umbelíferas (aunque parezca mentira la misma que el hinojo o la zanahoria), de hasta 60 cm. de altura. La raíz, que es tuberosa, puede alargarse hasta 1 m. Los tallos son blanquecinos y muy ramificados. Las  hojas basales son correosas, con pecíolo que abraza el tallo y con varios lóbulos terminados en espinitas; las hojas del tallo no tienen pecíolo y tienen vaina. Las florecillas, blancas, se reúnen en umbelas redondeadas y rodeadas de cuatro a seis brácteas estrechas, dentadas y con espinas.
Habita en el SO de Asia, N de África y centro y sur de Europa por casi cualquier parte con campos sin cultivar. En Ateca es muy común. Es planta autóctona.
Florece a partir de junio durante casi todo el verano.

Hoja

Usos y virtudes: La raíz es diurética tomándose en infusión, aunque contiene saponinas y podría resultar tóxica. La raíz y las hojas, mientras son tiernas pueden ser comestibles; el tallo se puede comer como los espárragos.
En el valle de Hecho se usa el cocimiento de la raíz como agua de baño para descansar los pies después de una buena caminata.
Supersticiones: En la provincia de Huesca se emplea como amuleto preventivo y mágico. Algunas personas suelen llevar un trozo de tallo sobre la oreja, el sombrero o en el bolsillo, con el fin de evitar e incluso tratar las enfermedades cutáneas. Además recolectado el cardo la noche de San Juan y colgado en las cuadras, evita que los animales enfermen.
Flores

Observaciones: Uno de sus  nombres vulgares parece deberse a que al secarse y romperse el tallo, el aire los lleva de un lado para  otro. El nombre de cardo setero se debe a que de sus raíces micorrizadas nace la seta de cardo (Pleurotus eryngii) tan apreciada entre nosotros.

J. Martin


miércoles, 17 de agosto de 2011

75 ANIVERSARIO DE LOS ASESINATOS DE LA BARTOLINA

La Asociación 14 de Abril nos remite el programa de actos conmemorativos del 75 aniversario de los fusilamientos de atecanos en el barranco de La Bartolina:

LOS OLVIDADOS DE LA BARTOLINA 75 AÑOS DESPUES.

Acto en memoria de los fusilados en Ateca al cumplirse el 75 aniversario.

Lugar: Salón de Actos del Ayuntamiento
           (Plaza de España 1).

Día:  Viernes 19 de agosto.

Hora: 19:30

Interviene: Francisco J. Martínez García.

Previamente, a las 19h. se celebrará una ofrenda de flores en el memorial del cementerio.

La Asociación 14 de Abril de Ateca invita a todas aquellas personas que deseen asistir.

martes, 16 de agosto de 2011

El palomar de la Toba.

Venta de la Toba y palomar

La venta de la Toba se construyó al tiempo de la carretera nacional[1]. Esta carretera comenzó a ser tal en 1828; hasta entonces había sido considerada camino de herradura, ya que por razones orográficas el camino carretero en el tramo entre Alcolea del Pinar y Zaragoza iba por Maranchón, Daroca y Cariñena[2].
 
Además del edificio de la venta que está al pie de lo que era la carretera, hay un palomar en lo alto del monte, en un escarpado a unos 30 ms. de altura y orientado al sur. Indudablemente este palomar cumple las recomendaciones para la ubicación de este tipo de edificaciones: “el palomar debe estar elevado, al abrigo del viento, alejado del ruido de los hombres, del murmullo de las aguas y del mecido de los árboles...”

Palomar de la Toba
 
Este palomar es, como el de Monte Nuevo, del tipo de torre exenta, de unos 12 m de largo por 6 de ancho, y podría ser uno de los mayores de la comarca al decir de Jesús Blasco. La parte baja de los muros es de mampuesto y el resto de tapial, todo ello debió de estar en su día enfoscado y encalado. La cubierta, hoy hundida, era de vigas de madera y teja a una vertiente, supongo que sobre cañizos. El alero es sobrevolado con dos niveles de ladrillo macizo. La altura y situación no permite ver si el muro trasero y los dos laterales están alzados, pero se supone que sí ya que era una característica de este tipo de construcciones para servir de cortavientos. La puerta es de madera forrada de chapa, no intenté abrir puesto que entre ella y el cortado hay apenas dos metros y  el respeto pudo a la curiosidad.

Interior del palomar

En el interior los nichos o nidales son cuadrados y de ladrillo macizo, cubierto seguramente de yeso y encalado. Estos nidales comienzan a partir de poco más de un metro del suelo quedando el primero en forma de repisa volada de manera que sus ocupantes estaban  protegidos de posibles depredadores. Este palomar tenía un mínimo de 738 nidales. De pared a pared y apoyados en los nidales a media altura, se ven todavía algunas maderas que servían de “percha” a las palomas.

Esta entrada es parte del artículo publicado en la revista Alazet de 2009.

J. Martín


[1] Jesús Blasco: Cultura popular de la Comunidad de Calatayud, José Ángel Urzay, pg. 223
[2] Julián Fuertes Marcuello: “El Camino General de rueda de Madrid a Barcelona” Revista de Obras Públicas. Junio 1989. Págs. 467-476

miércoles, 10 de agosto de 2011

Insectos de Ateca.

Chinche punteada (Graphosoma semipunctatum) sobre un Cardo setero

Chinche punteada en el borde de la copa formada por la umbela de los frutos
de una zanahoria silvestre que quizás les haya servido de nido.
Insecto hemíptero de la familia de los pentatómidos, el nombre de la familia se debe a que sus antenas tienen 5 segmentos.

Cuando se los coge en la mano dejan un olor especial debido a varios compuestos, entre ellos el cianuro, y, precisamente, su vistoso colorido sirve como indicador a sus posibles depredadores de su mal sabor.

Se encuentran habitualmente sobre plantas umbelíferas (cardo corredor, zanahoria e hinojo, principalmente) a las que chupa la sabia y donde deposita sus huevos.

Chinche rayado (Graphosoma lineatum) sobre un cardo setero
Éste rayado es de tamaño algo menor que el punteado.

Se incluyen las dos especies para apreciar la diferencia en el rayado, ya que en el campo y a primera vista parecen iguales.

J. Martín

lunes, 1 de agosto de 2011

El palomar de Monte Nuevo.

Jesús Blasco[1] nos dice que la casa de Monte Nuevo fue construida por Vicente Florén entre 1881 y 1886. Contaba con dos viviendas: la del propietario y la de los peones, separadas por un gran patio y unidas por un muro que cerraba la construcción formando un todo. Dice también que  queriendo pasar el cultivo de cereal a viña, solicitó al Ayuntamiento el reconocimiento como colonia para acogerse a los beneficios de la Ley del 3 de junio de 1868.

A pocos metros de donde se situaba la casa (una de las primeras entradas de este blog informaba de que había sido derruida), a un nivel ligeramente por encima de ella, se encuentra un palomar que no sabemos si fue construido por aquellas fechas o bien era de construcción anterior. Precisamente el texto recogido por Jesús Blasco de “queriendo pasar el cultivo de cereal a viña”, nos hace pensar que se construyera cuando había cereal, que constituía el alimento de las palomas, y no  cuando ya se pensaba en cultivar viña.


El palomar es del tipo de torre exenta[2], que no está adosado a ninguna otra edificación; está orientado hacia el S; es de planta rectangular de 8 x 5 m. en el exterior, con muros de 0,75 m. de grueso en la base. La altura del muro norte es de unos 5 m. La construcción es de mampuesto los primeros 1,60 m y tapial el resto; las esquinas, al menos una, están reforzadas con ladrillo macizo, aunque no tengo claro si esto será una intervención posterior, ya que hay muchos retoques en toda la estructura. La cubierta es de teja a una vertiente, cañizos y vigas de madera; aunque posteriormente en alguna reparación de parte de la cubierta se colocó rasilla. Tres de los muros presentan un alzado para cortavientos. El alero es sobrevolado con dos niveles de tejas. Las palomas entraban por unas troneras, construidas a modo de doble tejado según me cuenta Jesús Blasco. Carece de ventanas y el vano de la puerta es de 1,63 x 0,67 m. Hoy la cubierta está casi totalmente hundida.

 En el interior hay un zócalo de 1,05 m de altura en todo el perímetro del recinto, tal vez este zócalo tuviese algún tipo de cerámica para impedir el acceso de depredadores a los nidales; sobre él se asienta otro añadido de tapial de 2,10 m. de altura donde, distribuidos en siete filas se encuentran empotrados los nichos de los nidos en número de 391. Estos nidales son cuencos de cerámica  y  son lo que le dan su peculiaridad a este palomar, puesto que no es nada habitual el uso de cuencos en Aragón siendo más fácil encontrarlos en Castilla. Los cuencos tienen una media de 13 cm de diámetro por 17 de profundidad. Encajados en las paredes hay algunos palos que servían de posaderos a las palomas.
  
Los muros están enfoscados y en la actualidad sólo está encalado el que da al SE, seguramente en su momento estarían los cuatro ya que la blancura de las paredes servía para atraer a las palomas. El interior también estaría totalmente encalado, puesto que la cal servía a las palomas para completar su dieta, amén de ser un buen desinfectante.

 
Jesús Blasco me dice que a mediados de los años 1950 todavía había palomas.

Esta entrada es parte del artículo publicado en la revista Alazet de 2009.

[1] Jesús Blasco: Ateca ¿sabía usted que...? pg. 32
[2] Mercedes Souto: “Palomares”, Seminario de Patrimonio Etnológico de Aragón, Zaragoza, 2002

(Fotos: Palomar de Monte Nuevo. Interior del palomar. Nidal.)

J. Martín