El pasado 31 de Mayo realizamos la
excursión prevista al barranco de la Hoz Seca en Jaraba para ver las
pinturas rupestres de la llamada Roca Benedí.
Nos dirigimos desde Ateca en coches
particulares hasta el inicio del barranco en la carretera que une
Jaraba y Calmarza, y que tiene en su inicio el ermita de la Virgen
situada en medio de una pared. Allí nos esperaba Serafín Benedí.
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Visitando la primera paridera |
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Nuestro guía mostrandonos la pared en piedra seca |
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Desde luego los que hicieron la puerta no eran muy altos |
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Detalle de la puerta con aliagas coronando el muro para evitar depredadores |
Iniciamos la marcha y Serafín nos fue
explicando detalladamente todo lo que íbamos encontrando a nuestro
paso: el uso que se le había dado a los abrigos naturales en la
roca, los corrales aprovechando las oquedades de la roca con muros
construidos con la técnica de la piedra seca, la peña del Cascabel
y su curiosa leyenda, las caleras, las distintas plantas y aves que
íbamos viendo, en fin una clase magistral.
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Vista del barranco con la peña del Cascabel en primer término |
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Restos de una calera |
Por último, y tras un corto y fuerte
repecho, llegamos a nuestro objetivo donde pudimos observar las
pinturas: tres figuras humanas y dos animales que forman el conjunto
rupestre de la Roca Benedí, descubierta por nuestro guía en el año
2009, allí nos relató las distintas interpretaciones que los
estudiosos hacen sobre dichas pinturas así como los detalles del
hallazgo. Desde la propia roca pudimos recrearnos con el magnifico
paisaje que se divisa.
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La vista del barranco desde la Roca Benedí son magníficas |
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Vallado de la Roca |
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Pinturas, desde luego son mas visibles a simple vista. |
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Situación de la Roca vista desde el cauce del barranco |
En fin una bonita mañana con una
excursión que no fue agobiante para ninguno de los participantes,
donde conocimos un montón de curiosidades de la flora, la fauna, la
geología y la acción del hombre en un paisaje extraordinario.
Quiero agradecer toda la amabilidad,
atención y paciencia que nos dedicó Serafín, un hombre totalmente
apasionado por su tierra.
Texto y fotos Francisco J. Pérez