lunes, 4 de junio de 2012

VISITA AL ALCORNOCAL DE SESTRICA.

Luce un sol espléndido en Ateca a las 8 de la mañana cuando nos reunimos en la plaza de España, para trasladarnos hasta la localidad de Viver de la Sierra.

Un mojón dentro del casco urbano de Viver nos recuerda que por aquí pasa el Camino de la Vera Cruz, antiguo camino templario que une Saint- Jean-Pied-de-Port (Francia), con Carabaca (Murcia). Nuestro recorrido forma parte de la etapa Tarazona – Calatayud (nosotros lo realizamos en sentido inverso), es por ello que durante todo el recorrido nos vamos a encontrar con el símbolo de este camino, una cruz con doble línea horizontal sobre fondo rojo.
Charlando animadamente y con muchas ganas de andar, comenzamos nuestro recorrido cogiendo un pequeño sendero que surge nada más pasar el casco urbano de Viver.

Flores de Jara Blanca
El relajante sonido del agua del barranco de las Umbrías que discurre paralelo a nuestra senda, volver la vista atrás y contemplar Viver, observar la masa forestal que tenemos enfrente, pequeñas huertas cultivadas ordenadamente, la variada y a veces frondosa vegetación, el olor a jazmín y a madreselva, nos obliga repetidamente a pararnos y disfrutar de este entorno.
Descubrimos con la ayuda de Jesús a la Tuberaria guttata, las collejas , las Varas de San José, las Vicias, las cerrajas, el cantueso, la brecina, las madreselvas, el jazmín, las jaras…..la mayoría de ellas en floración.
Olivo
La senda desciende hasta encontrarse con el barranco. Los campos de olivos con sus retorcidos troncos y una alfombra de trigo de pobres, salen a nuestro paso hasta que alcanzamos, tras subir un pequeño repecho, un albergue de cazadores en construcción, junto  a las ruinas de la estación del cable.
Desmontada en los años 60, esta estación formaba parte del complejo sistema aéreo de cables que en un recorrido de 27 km transportaba el hierro extraído de las minas de Tierga  hasta la estación de Calatayud.  Las vagonetas cargadas con un máximo de 500 kg y una distancia de separación entre ellas de 110 m. realizaban el recorrido en 2 horas y media. La traza cruzaba la línea del ferrocarril, ríos, caminos y carreteras, lo que hizo necesario la construcción de puentes protectores, como el curioso arco que todavía hoy se puede observar sobre la carretera que comunica Viver con Sestrica.
Alcornoque descortezado
Troncos de alcornoque



















Dejando atrás la estación del cable ascendemos por la pista que nos lleva al alcornocal de Sestrica. Distinguimos claramente los alcornoques por su gruesa corteza de corcho rodeando el oscuro tronco, muchos de ellos muestran restos del descorche. La pista nos lleva cerca del pico Cabrera, pero nosotros nos desviamos por una pequeña senda a nuestra derecha por la que ascenderemos entre  alcornoques, carrascas y otros árboles del género Quercus. Si durante todo el recorrido las jaras han hecho acto de presencia, aquí las encontramos en mayor número y tamaño.

El alcornocal se encuentra en una finca de propiedad privada. Es singular encontrar un bosque de estas características en esta zona, ya que son más propios de climas más húmedos y con inviernos con temperaturas más suaves como en Cataluña y la mitad occidental de la península. Esta es una de las razones por las que hay discrepancias acerca del origen de esta curiosa masa forestal ¿fueron plantados ó se encontraban aquí y poco a poco se sustituyeron por otros cultivos?
Grupo de excursionista.
Uno hace la foto de la derecha.
Flores de orquídea





















El descorche de los árboles se produce cada ocho o doce años, el último de ellos en el 2002,  y se debe hacer con mucho cuidado para no dañar la corteza interna del árbol y evitar así heridas que podrían producirle incluso la muerte.  Uno de los usos que se le dio al corcho era la fabricación de colmenas de vaso, de hecho de los restos de corcho que observamos por el camino Francisco P. encontró dos que bien podrían servir para ello.
Para finalizar nuestro recorrido visitamos el alcornoque del prado, uno de los ejemplares declarados como árbol singular de Aragón.

Alcornoque del prado.
Ana P.



1 comentario:

  1. La excursión fue muy bonita y, para mi, sorprendente con toda esa masa forestal que no esperaba. Tenemos que repetir a finales de otoño

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