lunes, 1 de agosto de 2011

El palomar de Monte Nuevo.

Jesús Blasco[1] nos dice que la casa de Monte Nuevo fue construida por Vicente Florén entre 1881 y 1886. Contaba con dos viviendas: la del propietario y la de los peones, separadas por un gran patio y unidas por un muro que cerraba la construcción formando un todo. Dice también que  queriendo pasar el cultivo de cereal a viña, solicitó al Ayuntamiento el reconocimiento como colonia para acogerse a los beneficios de la Ley del 3 de junio de 1868.

A pocos metros de donde se situaba la casa (una de las primeras entradas de este blog informaba de que había sido derruida), a un nivel ligeramente por encima de ella, se encuentra un palomar que no sabemos si fue construido por aquellas fechas o bien era de construcción anterior. Precisamente el texto recogido por Jesús Blasco de “queriendo pasar el cultivo de cereal a viña”, nos hace pensar que se construyera cuando había cereal, que constituía el alimento de las palomas, y no  cuando ya se pensaba en cultivar viña.


El palomar es del tipo de torre exenta[2], que no está adosado a ninguna otra edificación; está orientado hacia el S; es de planta rectangular de 8 x 5 m. en el exterior, con muros de 0,75 m. de grueso en la base. La altura del muro norte es de unos 5 m. La construcción es de mampuesto los primeros 1,60 m y tapial el resto; las esquinas, al menos una, están reforzadas con ladrillo macizo, aunque no tengo claro si esto será una intervención posterior, ya que hay muchos retoques en toda la estructura. La cubierta es de teja a una vertiente, cañizos y vigas de madera; aunque posteriormente en alguna reparación de parte de la cubierta se colocó rasilla. Tres de los muros presentan un alzado para cortavientos. El alero es sobrevolado con dos niveles de tejas. Las palomas entraban por unas troneras, construidas a modo de doble tejado según me cuenta Jesús Blasco. Carece de ventanas y el vano de la puerta es de 1,63 x 0,67 m. Hoy la cubierta está casi totalmente hundida.

 En el interior hay un zócalo de 1,05 m de altura en todo el perímetro del recinto, tal vez este zócalo tuviese algún tipo de cerámica para impedir el acceso de depredadores a los nidales; sobre él se asienta otro añadido de tapial de 2,10 m. de altura donde, distribuidos en siete filas se encuentran empotrados los nichos de los nidos en número de 391. Estos nidales son cuencos de cerámica  y  son lo que le dan su peculiaridad a este palomar, puesto que no es nada habitual el uso de cuencos en Aragón siendo más fácil encontrarlos en Castilla. Los cuencos tienen una media de 13 cm de diámetro por 17 de profundidad. Encajados en las paredes hay algunos palos que servían de posaderos a las palomas.
  
Los muros están enfoscados y en la actualidad sólo está encalado el que da al SE, seguramente en su momento estarían los cuatro ya que la blancura de las paredes servía para atraer a las palomas. El interior también estaría totalmente encalado, puesto que la cal servía a las palomas para completar su dieta, amén de ser un buen desinfectante.

 
Jesús Blasco me dice que a mediados de los años 1950 todavía había palomas.

Esta entrada es parte del artículo publicado en la revista Alazet de 2009.

[1] Jesús Blasco: Ateca ¿sabía usted que...? pg. 32
[2] Mercedes Souto: “Palomares”, Seminario de Patrimonio Etnológico de Aragón, Zaragoza, 2002

(Fotos: Palomar de Monte Nuevo. Interior del palomar. Nidal.)

J. Martín
 

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