Anoche, en una tertulia después de la cena con mi amigo Paco Martínez, impagable como todas las charlas que mantenemos y de las que siempre sales un poco más rico, salió a relucir una noticia que me había pasado desapercibida.
El pasado 12 de marzo, en la Opera de Roma, se conmemoraba el 150 aniversario de la Fundación de la Unificación Italiana, con una representación de la ópera Nabucco, dirigida por la batuta maestra de Riccardo Mutti, que entre múltiples galardones, ha sido condecorado con la Orden al Mérito de la República Italiana, la Legión Francesa y el Príncipe de Asturias.
En un teatro lleno a rebosar, se encontraba presente también Silvio Berlusconi, que había anunciado recientemente su disposición a restringir los presupuestos de cultura. Durante el transcurso del tercer acto, tras el canto del coro entonando el Va pensiero, que es en Italia toda una manifestación del arquetipo de la liberación contra los opresores, el público, pidió insistentemente un bis del mismo.
Tras unos minutos de silencio y reflexión, el elegante Mutti, reclinándose hacia el público desde su silla de director, accedió a algo que tan solo había hecho una vez en su carrera: conceder el bis, eso sí, pidiendo que el coro fuera cantado por el público asistente y dirigiéndoles estas palabras:
Sí, estoy de acuerdo con esto: "Larga vida a Italia"... Pero ya no tengo más otros 30 años y he vivido mucha vida, recorrí todo el mundo, y hoy tengo vergüenza de lo que sucede en mi país. Accedo a vuestro pedido de un bis para el Va Pensiero, nuevamente. Pero no es sólo por la dicha patriótica que siento, sino porque esta noche, cuando dirigía el Coro que cantó "Ay mi patria, bella y perdida", pensé que si seguimos así vamos a matar la cultura sobre la cual se construyó la historia de Italia. En tal caso, nuestra patria estaría en verdad "bella y perdida".
Ya que reina acá un clima italiano... yo, Muti, me callé la boca muchos años. Quisiera ahora... creo que tendríamos que darle sentido a este canto: estamos en nuestra casa, el teatro de Roma, y con un coro que canta magníficamente bien y que acompaña espléndidamente. Si quieren, les propongo unirse a nosotros para que cantemos todos juntos.
Creo que viendo el vídeo de ese mágico momento, sobran las palabras. Una elegantísima bofetada al payaso de Europa:
Fernando J.